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| AFCA2004 / panoramio.cl |
“Las inundaciones de 2006 no pueden quedar en el olvido”
Por: Cristóbal Urruticoechea
En el marco del séptimo
aniversario de las inundaciones del 11 de julio de 2006, es importante no
olvidar el trabajo pendiente que existe en las comunidades aledañas al Río
Biobío, y el involucramiento de las represas en los planes de emergencia; para
no volver a sufrir la pérdida de seres queridos, viviendas, siembras y
animales; como en dicha tragedia.
El gobierno de la época
comprometió medidas para mitigar y prevenir daños, como la construcción de
defensas fluviales y sistemas de alerta temprana. Por otra parte, un conjunto
de 270 personas afectadas por las inundaciones, demandaron a Endesa por su
presunta responsabilidad en el repentino desborde de los ríos; por un monto de
60 millones de dólares.
Todas estas iniciativas, a
excepción de las defensas fluviales, que avanzan paulatinamente; pierden fuerza
con el paso del tiempo, tanto así que el año pasado ni siquiera hubo un acto
conmemorativo en honor a las víctimas.
Si bien se implementó un sistema
de alerta temprana, en los sectores más afectados, como La Suerte, sólo se ha
realizado un simulacro en siete años; por lo tanto, en caso de emergencia será
difícil que las personas reaccionen de acuerdo a un plan de evacuación.
Una iniciativa que hace frente a
las inundaciones es el Encuentro de Municipalidades de la Cuenca del Biobío,
que se efectuó el 30 de mayo recién pasado, donde fueron representadas 13 de las 18 comunas aledañas al cauce; y
donde acordaron mesas de trabajo y adopción de medidas que permitan una mejor
comunicación, en caso de emergencia, como la instalación y operación de antenas
de radio.
La iniciativa de los municipios
es sumamente valiosa, pero es fundamental la participación de las represas en
todo plan de emergencia. La justicia determinará si Endesa tiene
responsabilidad en las inundaciones de 2006, aún así urge su apoyo en la
elaboración y ejecución de un plan de contingencia. Además, es imperioso que
quienes operan las compuertas de las represas actúen como nuestros aliados ante
las inclemencias del tiempo, y no como nuestros verdugos.
Por último, es destacable que el
actual gobierno haya invertido cerca de $200 millones, en limpieza y construcción
de defensas fluviales en los cauces Biobío y Duqueco. Sin embargo, ese trabajo e inversión pierde efectividad
cuando inescrupulosas empresas extraen sin autorización, áridos de la ribera de
estos ríos, como ha sucedido, lo que puede provocar la modificación artificial
del cauce en eventuales crecidas.
Columnista
Cristobal Urruticoechea
